Nuestra Historia

¿Por qué elegimos una Combi Volkswagen del '75 para nuestra Casa Rodante para el Vanlife?

Cuando decidimos dejar atrás la rutina y emprender un viaje sin fecha de retorno, exploramos muchas opciones para nuestro hogar sobre ruedas. Desde bicicletas hasta motorhomes enormes, evaluamos cada alternativa. 

Pero había algo especial en la Combi Volkswagen clásica: su estilo, su historia y su practicidad nos cautivaron desde el principio.

Combi Volkswagen del '75 estacionada en la playa con hamaca colgando de una palmera
Fran descansando en una hamaca bajo sombra junto a nuestra combi volkswagen

En México, las combis, también conocidas como kombis en otros países de Sudamérica y los escarabajos son un ícono; los ves por todas partes. Esto nos dio confianza en que encontraríamos repuestos fácilmente y que, en caso de averías, siempre habría alguien que supiera cómo arreglarla. Además, su mecánica sencilla nos ahorra complicaciones (de eso hablaremos más a fondo en otro blog).

También descubrimos que la combi o kombi tiene una magia especial. Conecta con las personas, despierta sonrisas y recuerdos. Los niños la aman, y los mayores siempre tienen una anécdota que contar. Pero, sobre todo, su tamaño compacto nos permite estacionar en casi cualquier lugar, ya sea en una ciudad, un pueblo o frente a la playa, sin llamar demasiado la atención.

Minimalismo sobre ruedas

Vivir en una combi te obliga a simplificar. Con solo 4.65 metros de largo y 1.92 metros de ancho, tuvimos que elegir cuidadosamente qué llevar: lo esencial y nada más. Cada cosa tiene su lugar, y eso nos ayuda a vivir más ligeros, tanto física como mentalmente.

Combi Volkswagen del '75, el día que se convirtió en nuestra casa rodante
Una foto de la Chuletona cuando la compramos

La Chuletona: nuestra compañera de viaje

En enero de 2018, en Mérida, encontramos nuestra combi ideal. El señor que la vendía la usaba como cafetería móvil, y aunque tenía detalles por arreglar, estaba bien cuidada y conservaba sus piezas originales. Fue amor a primera vista.

La camperización fue todo un proyecto. Entre trabajos y fines de semana, le dimos vida a nuestra “Chuletona”. Cambiamos su color, hicimos reparaciones y la adaptamos a nuestras necesidades. Nos tomó un año convertirla en nuestro motorhome, pero valió la pena.

Combi Volkswagen (o Kombi) del '75 en proceso de camperizacion
Segunda etapa de su transformación: renovando su interior

Nuestra vida en el Vanlife

Desde entonces, nuestra combi se ha convertido en nuestro hogar y nuestra aliada en esta aventura nómada. Gracias a ella, hemos explorado playas, montañas, desiertos y pueblos mágicos, siempre con la libertad de estacionarnos donde queramos y sentirnos en casa.

La Chuletona estacionada en la playa El Tecolote en Baja California Sur, La Paz

“La Combi Volkswagen no es solo un vehículo; es un símbolo de libertad y una puerta abierta al mundo.”

Y tú, ¿te animarías a viajar en una combi clásica? Si tienes dudas o quieres saber más, ¡déjanos tus preguntas en los comentarios!

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